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Dos de cada tres españoles son víctimas de disputas con sus vecinos, según un estudio de CPP. Murcianos, madrileños y valencianos son los que más conflictos tienen, mientras que navarros, gallegos y asturianos, los que menos. Más de la mitad de los encuestados afirman haber sufrido un conflicto hace menos de un año.
Redacción

Dos de cada tres españoles han tenido alguna disputa con sus vecinos en alguna ocasión, muchas de ellas siguen sin resolverse y más de la mitad asegura que ha ocurrido durante el último año. Estas son algunas de las conclusiones de el informe Causas y consecuencias de conflictos vecinales en España, realizado por CPP para averiguar los problemas más comunes entre vecinos en España, cómo los resuelven y qué consecuencias conllevan.

El estudio revela que hay más murcianos (77%), madrileños (72%) y valencianos (70%) que aseguren haber tenido disputas vecinales que el resto de españoles. Navarros (40%), gallegos (51%) y asturianos (52%) se sitúan por debajo de  la media. Los principales motivos de conflicto son el exceso de ruido, el impago de cuotas comunitarias o derramas, las obras o reformas, los animales domésticos y la suciedad y malos olores.

En este sentido, el responsable de Comunicación del Grupo CPP, Eduardo Gil, afirma que «el exceso de ruido es un problema específico de nuestra cultura. Hicimos el mismo estudio en Reino Unido y causa la mitad de conflictos que en España», que asegura también que la crisis afecta a la relación entre vecinos, «no sólo porque la gente esté de peor humor sino porque cada día son más los impagos de gastos de comunidad o derramas». El ruido se puede combatir si sabes cómo insonorizar una habitación. Esto te permitirá poder seguir disfrutando de tu barrio y de tu hogar sin necesidad de mudarte por problemas de ruido.

El informe también destaca que más de la mitad de los encuestados afirman haber sufrido el conflicto hace menos de un año. Canarios y catalanes admiten haberlo afrontado en los últimos seis meses (48%) mientras que los asturianos los arrastran desde hace más tiempo (el 38% afirma que surgió hace más de 3 años). Los jóvenes de entre 18 y 35 años aseguran haber tenido más problemas (73%), mientras que casi la mitad de los mayores de 65 años (45%) indica que nunca se ha enfrentado a esta situación.

Atendiendo al tipo de vivienda, los que viven en un piso sufren más disputas (72%), que quienes viven en un bajo (65%), un chalet independiente (63%) o un adosado (63%).

El ruido, el dinero y las obras, principales causas de conflicto

El exceso de ruido, producido principalmente por música alta y aislamiento deficiente, e impago de los gastos por derramas o de la comunidad son las causas más frecuentes del desacuerdo vecinal.

El 28% de los encuestados afirma haber tenido problemas con los vecinos por exceso de ruido. Por encima de la media se colocan los castellano-manchegos (35%), valencianos (33%) y madrileños (32%), mientras que los que menos se quejan por el ruido son los asturianos (19%), gallegos (19%) y aragoneses (20%). Los que más acusan este problema (32%) son los que viven en un piso, seguidos de los que lo hacen en un bajo (28%), en un chalet adosado (22%) o en un chalet independiente (11%).

El mismo porcentaje (28%) asegura convivir con vecinos que no pagan sus gastos comunitarios, siendo los que residen en un piso quienes más lo sufren (35%) y los de un chalet independiente los que menos (10%). Atendiendo a las regiones, esto sucede más en Cantabria (48%), Murcia (39%) y Valencia (34%) y menos en Catalunya (21%) y Navarra (9%). Los hombres han tenido más problemas que las mujeres por este motivo (30% frente al 26%).

De molestias por obras y reformas se queja uno de cada seis españoles (16%). Los hombres (18%) se quejan más que las mujeres (15%) por este tema y, sobre todo, los mayores de 66 años (21%). Los vecinos de Madrid (23%), Canarias (22%) y País Vasco (19%) declaran sufrir por este tipo de molestias en mayor medida frente a los navarros (4%), asturianos (5,5%) y baleares (9%), que son más tolerantes con este aspecto.

Otras quejas comunes se centran en la existencia de animales, referido por el 15% de la muestra, la suciedad (12,8%), los malos olores (10%), y el riego o el agua (8%).

Gastos, tener que mudarse, problemas de salud y discusiones

Analizando las consecuencias de los conflictos, el estudio indica que pasan por tener que afrontar gastos imprevistos y pérdidas de tiempo, tener que emprender acciones legales, experimentar estresantes capítulos de discusión, e incluso padecer problemas de salud. Cuando la disputa perdura, peores son las consecuencias y una de cada tres personas indica que aún no lo ha podido resolver, principalmente por falta de dinero, de tiempo y de ayuda profesional.

El coste económico para quienes lo han solucionado varía según el tipo de vivienda y la raíz del problema. Para más de la mitad (54%) supuso unos 100 euros, para el 30% entre 200 y 500 euros y para el 16% más de 500 euros. Cantabria y Navarra son las regiones en las que más costoso resulta resolver una disputa. Allí, un tercio de los encuestados pagó más de 1.000 euros frente al 70% de entrevistados en Murcia, Asturias y Castilla y León que pagaron menos de 100 euros.

Los costes legales son, junto con la reparación de daños, las fuentes de perjuicio económico más comunes entre los españoles para resolver un conflicto vecinal. Una de cada 10 personas ha emprendido acciones legales y el 8% está a punto de hacerlo. Baleares (20%), gallegos (18%) y aragoneses (18%) son los que más acuden a los tribunales mientras que madrileños (4%) y valencianos (7%), los que menos.

Como razones para no recurrir a un abogado, el 50% arguye no querer empeorar la situación; el 11% dice evitarlo por creer que es cara; el 10% porque le quitará tiempo; y el 8% por miedo a represalias. Sólo el 7% afirma disponer de algún servicio de asistencia y protección legal. «Donde menos se recurre a la ayuda legal es donde más conflictos se declaran y viceversa y está demostrado que se ahorra tiempo y dinero si se soluciona el conflicto cuanto antes», explica Eduardo Gil. El 13% decide denunciar a la policía antes que solicitar ayuda legal, fundamentalmente en Cantabria (33%) frente a Aragón, en donde solo un 3% acude a comisaria.

 

Otros efectos de sufrir un conflicto vecinal, y que generan costes, son tener que mudarse, algo que afirma haber hecho o estar pensándolo el 8%, con los jóvenes entre 26 y 35 años los más dispuestos a hacerlo, o los problemas de salud, referido especialmente por los mayores de 65 años, sobre todo en Cantabria, Extremadura y Galicia, y más frecuentemente entre los que viven en un chalet independiente o un adosado (9%).

Entre las consecuencias que tienen un coste psicológico más que económico encontramos las discusiones, más o menos fuertes, que se generan. El 22% de los encuestados afirma haberlo sufrido. Baleares (29%), madrileños (28%) y Canarios (28%) los que más y gallegos (8%), asturianos (9%) y navarros (11%) los que menos. Se genera más disputas verbales entre hombres (24%) que entre mujeres (20%) y son los más jóvenes, los menores de 25 años, quienes más lo hacen (28%) frente a los jubilados (14%), los que menos.

Según el estudio, si vives en un bajo discutirás más que la media (28%) que si lo haces en un chalet (19%). La ruptura total de las relaciones con el vecino ha sucedido para el 10% de los encuestados, siendo los navarros (22%) quienes más niegan la palabra tras estos conflictos y los asturianos (5%) los que menos. De nuevo, los más jóvenes, los más reacios a volver a hablar (18%).

 

Más comunicación y más respeto, claves para la paz vecinal

Conocer tus derechos y obligaciones, junto con un diálogo fluido, son las bases para evitar conflictos. Sólo el 54% de la muestra asegura hablar de vez en cuando con sus vecinos y únicamente el 15% afirma hablar mucho. El 25% de extremeños, navarros y castellano-manchegos afirman conversar muy a menudo mientras que solo un 10% de cántabros, asturianos y murcianos lo afirman.

En general, se relacionan más los mayores de 56 años y menos los jóvenes entre 18 y 35 años. Los de chalet adosado suelen relacionarse más (22%) que los que viven en un piso (13%) y preguntados por el tipo de relación que guardan, el 36% asegura no conocer a todos sus vecinos, sobre todo los que viven en un piso (40%), porcentaje que se eleva considerablemente si nos fijamos en los jóvenes entre 18 y 35 años (44%) y, en general, en Madrid, donde casi la mitad de los encuestados (48%) asegura este extremo, mientras que los vascos destacan como los españoles que más afirman conocer a todos sus vecinos (38%).

La gran mayoría, el 96%, declara no dedicar el tiempo suficiente a estar con sus vecinos, principalmente por falta de tiempo y sólo el 22% considera a su comunidad de vecinos muy amigable.

Protección y asistencia legal

Para evitar este tipo de conflictos entre vecinos o, en caso de producirse, minimizar sus consecuencias, CPP aconseja:

1. Conocer los derechos: para resolver los conflictos amistosamente, es importante conocer los derechos como vecino. Ayuda a solucionar disputas sin necesidad de llegar a la vía judicial.

 

2. Concer las obligaciones: intentar hacer el mínimo ruido posible, pagar la comunidad regularmente; no ensuciar las zonas comunes, consensuar antes las obras o reformas y, si hay animales en casa, procurar que no entorpezcan el día a día de los vecinos. Si se muestra respeto, lo normal es ganarse el respeto de los vecinos.

3. Comunicarse con los vecinos: avisar si se va a hacer una fiesta, colgar un cuadro o si se ve a alguien raro merodeando. Los vecinos lo agradecen y seguramente tendrán una actitud recíproca, y el mero hecho de hacerlo ayudará en la resolución legal cuando existan normas específicas en una comunidad.

4. Hablar los problemas: Invitar los vecinos a casa, ponerse en su lugar y explicales in situ cuál es el problema para que lo entiendan de la mejor forma posible.

5. Contratar un seguro de protección legal: Más vale prevenir que curar, pero si la cosa va a mayores, un seguro de este tipo permite contar con un abogado que defienda los intereses del asegurado.