¡Quiero vivir en un lugar rodeado de naturaleza!
Se trata de una casa con mucho encanto y personalidad, una auténtica casa rústica que invita a relajarse y disfrutar de la tranquilidad que ofrece su entorno. Me imagino disfrutando del paseo por el camino que rodea la finca, con campo de olivos y campos de alfalfa, caballos, ánades, perdices, liebres, disfrutando del aroma de la tierra y escuchando el sonido de los pájaros.
Al llegar a la casa tenemos una gran terraza acristalada donde disfrutar de las vistas con sol, de noche, lluvia o frío. En la entrada tiene un recibidor donde la vista no sabe donde ubicarse por lo especial y simple de su decoración. A la izquierda, el enorme salón acogedor, con chimenea que invita tanto a charlas y reuniones, como a lecturas relajadas, y la estancia del gran comedor con ventanas que ofrecen vistas al terreno son simplemente espectaculares. Imagino pasar las tardes de invierno frente a la chimenea, disfrutando de una buena lectura, mientras que en verano el comedor sería el lugar ideal para compartir comidas y reuniones familiares. Además, la habitación-despensa es un gran plus para cualquier hogar, ofreciendo un lugar ideal para almacenar provisiones y mantener la cocina en orden. Dispone de una habitación donde atesorar y cuidar de sus mejores vinos. Disponemos de un baño.
A continuación, en la misma planta, tenemos una gran estancia que actualmente se emplea como dormitorio. Hay dos camas, baño, y que se puede unir, tan solo eliminando la pared que la separa de la vivienda principal. Y el uso de la estancia puede variar en función de los gustos o necesidades.
Subimos a la primera planta por una escalera amplia y cómoda llegando a un recibidor, y atravesando el pasillo llegamos a dos espaciosos y luminosos dormitorios con balcón, persianas electrónicas, armarios empotrados y calefacción. Las ventanas nos regalan las vistas de día y sobre todo de noche, que son espectacularmente románticas. Disponemos de un baño compartido.
La casa adicional de verano con cocina, salón y baño es el complemento perfecto para disfrutar de las largas tardes estivales, donde se puede cocinar o disfrutar de la útil barbacoa dando su toque de chef para sus invitados y disfrutar de una deliciosa comida en el exterior y luego relajarse en el salón mientras se contempla el entorno natural. Y también un gimnasio todo acristalado para no perder las vistas, con máquinas de ejercicios, pesas y cinta para correr.
Y por supuesto, no puedo olvidar mencionar la piscina, un lugar perfecto para refrescarse en los días de calor y disfrutar del sol y el agua en plena naturaleza.
Los ocho boxes de caballos, el picadero bien mantenido y el paseador son el sueño hecho realidad para cualquier amante de la equitación. Y además, cuenta con una nave en especial preparada para paritorio y darle la bienvenida a los nuevos potros.
En definitiva, esta finca es un oasis de paz y tranquilidad, un lugar para disfrutar de la naturaleza y desconectar del ajetreo diario. Me imagino viviendo allí y siento una gran envidia (sana) de quien pueda hacerlo.
¡Quieres disfrutar de un lugar así!. Llámame y organizamos una reunión para realizar una visita.
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