Encantadora casa en el centro de Esplugues de Llobregat
Presentamos esta joya arquitectónica que transporta a sus habitantes a través del tiempo. Construida en 1895, esta residencia de 484 metros de construcción, es mucho más que un simple hogar; es un testimonio vivo de la historia y el arte de la época.
Construida sobre un solar de aproximadamente 1451 metros cuadrados, se encuentra rodeada por un exquisito jardín perimetral rodeado de arboles. Este amplio terreno proporciona un entorno sereno que complementa perfectamente la belleza y la historia de la propiedad.
Es una casa a a reformar con un gran potencial para transformarla en una vivienda ideal para vivir y poder compaginar el ambito profesional, ideal como sede social de empresa o fundaciones.
El acceso a la casa a través del jardín a nivel de calle ofrece una bienvenida encantadora y un ambiente sereno desde el principio. La distribución en dos plantas permite una separación clara entre las áreas de vida y de trabajo, lo que añade comodidad y privacidad a la vivienda.
En la planta baja, los techos altos de 4,15 metros de altura crean una sensación de amplitud y grandeza. El porche que da acceso al recibidor con escalera sirve como punto de transición entre el exterior y el interior de la casa.
El amplio despacho en la planta baja proporciona un ambiente tranquilo y productivo para trabajar o estudiar, mientras que el gran espacio con arcos de medio punto destaca como un área versátil que ofrece numerosas posibilidades de uso. Originalmente utilizado como bodega de vinos con producción propia, este espacio ofrece la oportunidad de ser reimaginado y adaptado según las necesidades y preferencias de los nuevos propietarios. La conexión directa con el jardín y la posibilidad de reabrir las ventanas tapiadas añaden un atractivo adicional a esta área.
Además, en esta zona se encuentra la entrada para coches y el garaje, lo que ofrece comodidad y accesibilidad para los residentes y visitantes. El cuerpo anexo, utilizado en su día como vivienda de los masoveros y zona de trabajo, agrega una capa adicional de historia y función a la propiedad, proporcionando un espacio separado pero conectado que puede adaptarse a una variedad de usos.
El recibidor, el primer espacio al entrar, da la bienvenida a los visitantes con su encanto clásico y su ambiente acogedor. Desde aquí, se accede al amplio salón central, adornado con detalles ornamentales y orientado al sureste para aprovechar al máximo la luz natural y las vistas al jardín. La galería sobre el jardín añade un toque de elegancia y proporciona un espacio tranquilo para relajarse y disfrutar del entorno exterior.
A ambos lados del salón, se encuentran dos dormitorios dobles con usos distintos: uno como salita o despacho, y el otro como alcoba. La distribución permite una flexibilidad en el uso de los espacios según las necesidades de los residentes. Además, la presencia de un aseo privado en uno de los dormitorios ofrece comodidad y conveniencia.
La planta también alberga otros dos dormitorios, uno doble y otro individual, ambos con amplios ventanales que inundan los espacios con luz natural.
El distribuidor o salita con un cuarto anexo para armarios, y su conexión al porche, sirve como un espacio de transición entre las áreas comunes y privadas de la casa. El amplio comedor, con techos decorados y una balconera que se abre al porche con vistas a Collserola, añade un toque de grandeza y sofisticación al ambiente.
El porche, con su generoso tamaño y su caseta destinada a zona de aguas, proporciona un lugar perfecto para disfrutar del aire libre y el paisaje circundante. La cocina de época, luminosa y exterior, junto al comedor, es un espacio funcional y acogedor.
La presencia de dos baños completos, uno con doble acceso, garantiza la comodidad y el confort de los residentes y visitantes. Finalmente, el terrado de 159 m² completa la edificación principal, ofreciendo un espacio.
