Masía rústica de ensueño datada del 1890
Sumerja su vida en la historia restaurada y la serenidad natural en esta masía de 1890, restaurada entre 1996 y 2006 para ofrecer la perfecta simbiosis entre encanto rústico y confort. Ubicada apenas a unos minutos del corazón de Breda, esta propiedad ofrece un retiro rural sin sacrificar la accesibilidad.
Al aproximarse a la vivienda, la fachada de piedra original saluda con una presencia atemporal, prometiendo una experiencia de vida única. Abarcando dos niveles de espacio habitable generosamente proporcionado, cada rincón de esta residencia cuenta una historia. Al entrar, se recibe a los invitados en un amplio distribuidor, preludio del espacioso y acogedor interior.
La planta principal es un testimonio de la vida familiar y el entretenimiento, destacando por una cocina de encanto rústico. El gran salón comedor invita a largas tardes de convivencia. Las facilidades prácticas no se pasan por alto: un baño completo garantiza comodidad y servicio a esta planta, mientras que el acceso al garaje integrado, con espacio suficiente para tres vehículos, asegura la funcionalidad deseada en cualquier hogar.
Ascendiendo a la planta superior, el verdadero carácter de la masía se revela en sus tres habitaciones dobles con techos abuhardillados y vistas a la serenidad del entorno. Un baño completo atiende estas estancias, asegurando confort y conveniencia. El corazón de este nivel es una amplia sala diáfana con techos de bóveda catalana, un lienzo en blanco perfecto para crear su zona de descanso personal, estudio, o incluso una galería de arte privada.
El exterior de la propiedad es una extensión de esplendor natural. Los más de 2500?m² de terreno abrazan una vida al aire libre incomparable, incluyendo una zona boscosa que invita a paseos reflexivos y un gallinero, perfecto para los amantes de la vida sostenible. La parcela es un escenario de biodiversidad y tranquilidad, donde el único sonido es el del viento entre las hojas.
Las vistas panorámicas del Montseny forman un telón de fondo de inigualable belleza, consolidando esta masía no solo como una vivienda, sino como un refugio para el alma.
Breda, un municipio encantador situado en la comarca de la Selva, provincia de Girona, Cataluña, emerge como una joya escondida que cautiva a todos quienes la visitan. Este tranquilo pueblo, inmerso en la rica historia y cultura catalana, se destaca por su impresionante entorno natural y la calidez de su pequeña comunidad. A unos 63 kilómetros de Barcelona y 45 kilómetros de la ciudad de Girona, Breda ofrece un escape perfecto del ajetreo de la ciudad, manteniéndose fácilmente accesible para los exploradores de fin de semana y los viajeros ávidos por descubrir los rincones más auténticos de Cataluña.
Famoso por su industria de cerámica, Breda invita a los visitantes a sumergirse en un mundo donde el arte y la tradición se entrelazan maravillosamente. Los talleres y exposiciones de cerámica del pueblo permiten a los visitantes apreciar y, en algunos casos, participar en el antiguo oficio que ha sido un pilar de su cultura durante siglos. Más allá de su herencia artesanal, Breda ofrece una serie de servicios que incluyen encantadoras casas rurales, restaurantes que sirven platos típicos locales y espacios para que los visitantes se conecten con la naturaleza y la tranquilidad del entorno.
La Roca Village, con su amplia gama de tiendas de moda, se encuentra a 29 kilómetros, mientras que las playas del Maresme y la Costa Brava están también a una distancia agradable, ofreciendo días de sol y mar a quienes deseen complementar su estadía cultural con descanso en la costa.
Sin embargo, es su cercanía al Parque Natural del Montseny lo que verdaderamente distingue a Breda como destino turístico. Este parque, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO, brinda a los visitantes espectaculares paisajes de montaña, bosques frondosos y ríos cristalinos, i.
