En un sitio privilegiado con unas vistas espectaculares se encuentra esta maravillosa mansión de 1.000 m2 construidos sobre un terreno de casi 35 hectáreas, ideal para los amantes de la naturaleza y de la caza, ya que cuenta con un coto privado, además de tres estanques, uno de 180 m2 y dos de 80 m2 cada uno.
Dispone de una pista para caballos, con establo, varias construcciones, todas legales, actualmente usadas para maquinarias, otra para las herramientas, una para la barbacoa con un autentico horno árabe.
La casa principal es en realidad un museo, que conserva la historia de los antepasados y sus actividades, como por ejemplo el molino para la molturación de las aceitunas para producir su propio aceite, vinoteca con su propia maquinaria para exprimir jugo de la viña y hay hasta una pequeña iglesia.
Un antepasado ganó un premio en 1850 por calidad del vino producido, entregado por la misma Reina Isabel II.
En la planta baja hay una cocina típica mallorquina con su humilde chimenea y 2 comedores bastante amplios, con una sala de cubiertos y vajillas, además de un baño con ducha y una habitación.
La planta superior nos lleva a una hall, que da paso a un salón con unas vistas insuperables sobre todo el valle, desde San Salvador hasta la Colonia de San Jordi, siguen 3 habitaciones más, dos baños y varias terrazas.
Una escalera nos lleva a la tercera planta todavía diáfana, con salida a la terraza con vistas a las montañas de su propiedad.
Hay un aljibe con pozo, que desde afuera se puede llegar nadando hacia el interior de la vivienda, que se podría convertir en una piscina interna natural, el agua llega a 2 grados de temperatura en pleno verano.
El exterior es como el de una película, albores frutales como naranjos, higueras, almendros, un increíble bosque y una amplia zona para el cultivo de la viña.
Dispone de proyecto de agroturismo con la construcción de una piscina.
La finca es autosuficiente gracias a los paneles solares y al pozo que da agua a los estanques y a todas las viviendas.
