Una singular casona del siglo XVI rehabilitada con diseño contemporáneo y todas las comodidades del siglo XXI. Un diseño que promueve el bienestar, tanto por sus medidas WELL consideradas por el Global Wellness Institute como atributos que incrementan el confort y el bienestar, haciendo el entorno más saludable, por su decoración, distribución de espacios, colores neutros y materiales naturales. Este proyecto tiene conciencia de sostenibilidad tanto por la re-utilización de materiales originales, como por la incorporación de otros recuperados a los que se les da una segunda vida, aportando singularidad al proyecto.
La casa cuenta con un agradable y arbolado jardín, rodeado por un antiguo muro de sillería con bambú, que le da privacidad con una zona de parking privada para cuatro coches. A destacar una palmera centenaria.
La construcción original estaba dividida por un grueso muro de piedra, separando la zona noble de la casa y la cuadra. Esa división natural, ha servido para crear dos zonas diferenciadas, comunicadas interiormente, para poder usar la casa completa o las dos casas por separado. Se ha abierto un patio o hueco central de luz en la casa, donde se ha instalado el ascensor. La distribución se ha organizado alrededor del patio de luz. El ascensor es de uso común a las dos zonas, con un hall distribuidor, que sirve de conexión entre las dos casas y un coworking para ocho puestos. Ideal para tele-trabajar.
Planta baja: Cada casa tiene su propia puerta de entrada. Hall, con aseo, salón con cocina integrada, cuarto de calderas y la lavandería.
Planta primera: Con dos alas, tres dormitorios con su baño en suite, y un salón estar con TV, conectadas por un distribuidor, con la puerta del ascensor, y cuatro habitaciones con baño en suite, y un cuarto de apoyo de limpieza y lencería.
Buhardilla: Una habitación doble con un espacio anexo, que puede usarse unido o separado, quedando como dormitorio con tres camas. Un cuarto de baño.
En la otra zona hay un espacio diáfano polivalente, como zona de trabajo, como dormitorio de chicos (seis camas) con un baño. Actualmente está dividida en dos espacios y el otro destinado al ejercicio físico.
Salida al jardín con un amplio espacio para comer donde en verano se instalan unas velas toldo.
La casa es pareada con tres fachadas, los jardines orientados al sur dotada de luz por la distribución interior, con VELUX en las buhardillas y huecos de escalera. Los portones de entrada están en la fachada este, ruta del norte del Camino de Santiago. Fue la residencia de la familia Lamadrid, cuyo escudo podemos ver en su fachada. Es una casa montañesa típica cántabra, con fachada catalogada. Su proceso de rehabilitación integral ha durado cerca de dos años. La casa estaba muy deteriorada pero aún así se han tratado de recuperar todos los materiales originales posibles. El resultado es una casa que aúna arquitectura contemporánea con los materiales antiguos que se pudieron salvar. Se han buscado los contrastes, incorporando acabados más actuales con materiales naturales diferenciándose aún más de los elementos originales: suelos de cemento pulido que se integran con los muros de piedra de sus paredes, modernas escaleras ligeras de chapa que se adaptan en los huecos que dejan sus vigas centenarias. En el hall principal se pudo mantener íntegramente el suelo hidráulico original, pudiendo restaurar otras piezas encontradas en la casa que se han empleado para dar personalidad a sus baños e introducir algún elemento de la vivienda original en ellos. Un 70% de los materiales nuevos incorporados han sido recuperados procedentes de derribos de obras. Gran parte del suelo de madera de la casa es de pino antiguo al igual que todas las puertas interiores. Arquitecto Patxi Eguiluz.
Promotoras e interioristas Penélope y Sylvia Girón.
Diseñada con los estándares de Posada.
The Sibarist puede seguir gestionando las reservas.
