Les presentamos el Palacio de Camps, una de las joyas mejor guardadas de la historia de Cataluña.
Una importante propiedad, incluida en el catálogo de edificios a proteger, con categoría BIC (Bien de interés cultural) que cuenta con alrededor de 2500 metros cuadrados en el edificio principal, y en torno a unos 2400 metros cuadrados adicionales, entre caballerizas, casa de guardeses y otras edificaciones anexas. El palacio está rodeado de un amplio terreno de 32 hectáreas; un extenso y elegante jardín, que alberga una gran variedad de árboles centenarios y otras plantas ornamentales, cargado de romanticismo y belleza.
Tanto el Palacio como el resto de las edificaciones, han venido sufriendo diversas ampliaciones o modificaciones en su estructura y diseño, por parte de cada generación de herederos a lo largo de los siglos, siendo las más relevantes, la restauración llevada a cabo en la segunda mitad del siglo XIX por el arquitecto Corrons, quién realizó el proyecto del oratorio particular, y la más reciente, a finales de 1980, llevada a cabo por el actual propietario.
Junto a la torre de vigía, hoy en día un fantástico mirador con espectaculares vistas, está ubicada la fachada más antigua, que data del año 1384 y presenta ventanas de estilo gótico, con un importante portón de madera con herrajes, perteneciente a un antiguo palacio del siglo XI propiedad de la familia. Adosada a la torre y junto a la entrada principal, se encuentra una capilla del siglo XIX que se comunica interiormente a través del coro con el Palacio.
Un palacio que rebosa personalidad y carácter, no sólo por sus interminables estancias comunicadas entre sí, sino por su peculiar distribución y por muchos de sus elementos constructivos cargados de historia, que la hacen única e irrepetible. En definitiva, una propiedad que nunca antes ha salido al mercado inmobiliario, y que ofrece enormes posibilidades de explotación hotelera, agraria o ambas, en un enclave tranquilo con excelentes comunicaciones (muy cerca del Ave y del Aeropuerto de Gerona), con servicios de lujo tales como clubes de golf y hoteles, a tan solo 30 minutos de la costa y a menos de una hora de la Ciudad Condal. La propiedad, es ideal para transformarla en un exclusivo hotel rural, para la realización de eventos privados, club de hípica o golf, o incluso como residencia privada.
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