Amanece en Castelldefels, desde mi ventana veo el mar, veo un día de mar en el viento, un día alto, donde mis gestos son gaviotas que se pierden girando sobre las olas, sobre las nubes bajo el sol mediterráneo. La HAUS IN DER SONNE GEKLEIDET nos impresiona a la vez que sorprende. Situada en Montemar y con 105 m² y 556 m² de parcela nos deslumbra e invita a volar. Comenzamos. Entramos y se nos presenta como el infinito, la libertad, el aire, la luz, un sinfín de colores, un mar de pensamientos todo a través de una portentosa cristalera que une la casa con la inmensidad. Nos movemos asombrados y con la vista siempre pendiente del horizonte cruzamos el recibidor que a la vez nos hace de distribuidor, un cuadro en concreto nos llama la atención "Auflassung" intercambio, transmisión, cesión de una propiedad. Vaya que oportuno. Pasamos al salón. Con carácter propio, con carácter germano, calidez, amistad siempre acompañado de la luz directa, grandes estanterías, buena madera y cristal. Damos una vista periférica y vemos que lo han distribuido abierto en tres zonas, la zona propiamente salón en donde grandes sofás nos dan presencia o prestancia, zona comedor con el ventanal periférico en donde podemos ver al horizonte mientras degustamos y compartimos una comida y la zona de despacho donde destacan las altas estanterías, la chimenea y la vista abierta. Continuamos por la planta y conocemos el dormitorio principal y el baño. El primero con un espacio inusualmente grande en donde destaca un buen armario y la paz absoluta. El baño a continuación goza de plato de ducha y se conectan por el distribuidor. Seguimos por la cocina, abierta sin embargo tranquila, con mármol a ambos costados sigue conectada en el mismo ambiente. Maravillosa dicotomía entre un claro estilo teutón y el placer de la costa a nuestros pies. Antes de conocer el jardín vamos al "achtung" o mirador. Con una parte techada se ha creado un espacio único que puede ser la delicia de invitados que deseen intimidad donde la vista nos alcance, donde el viento nos lleve, donde la luz y las vistas nos embauquen. Ahora sí, nos asomamos al jardín. El jardín de la HAUS IN DER SONNE GEKLEIDET, nos permite conocer rincones como el taller, las terrazas, caminar y descubrir lugares, envolvernos de mediterráneo y empaparnos de mar, extender los brazos y volar.