En el corazón de la Vila de Gracia nos encontramos con este acogedor y funcional principal, muy luminoso y soleado, de 127?m de vivienda más una fantástica terraza de 120?m. Dicha terraza nos induce a disfrutarla durante el día al sol para, relajarse, leer o hacer actividades, a sus atardeceres que se prestan a tomar una copa con la tranquilidad y la calma. Al igual que al anochecer que nos invita al disfrute de cenas y veladas bajo las estrellas y a la luz de la luna. Rodeada de plantas y flores que nos pueden transportar a un pequeño Edén, en pleno corazón de Gracia.
La vivienda está muy bien conservado. Se distribuye en un amplio salón comedor, con salida a la terraza, la cocina práctica y cómoda totalmente equipada, 2 habitaciones dobles exteriores ambas con salida a una galería cubierta, que nos da a Gran de Gracia, sin nada de ruido gracias a las ventanas que son dobles con doble vidrios. 1 baño con ducha y una habitación en Suite con baño completo.
Consta también de una segunda galería que puede estar destinada a despensa, almacenamiento etc.
Observaciones: Calefacción a gas, splits con bomba de calor y aire. armarios. La finca está totalmente reformada a todos los niveles. Portería, ascensor, fachadas y las cometidas de luz, agua y gas.
En definitiva, una excelente calidad de vida, Gracia es un barrio informal con calles estrechas y plazas acogedoras lleno de tiendas de comestibles ecológicos, espacios de trabajo compartido modernos y estudios de artistas. Gran de Gracia, está rodeada de tiendas alternativas, cafeterías, restaurantes y animadas plazas al aire libre, como de la plaza del Sol que se animan por la noche.
El barrio de Vila de Gracia fue el núcleo principal de la antigua villa independiente de Gracia), y el que le daba nombre.
Al principio este territorio era dependiente de Barcelona y estaba escasamente poblado. Entre los siglos XVI y XVII, cerca de las masías existentes, aisladas, se instalaron tres conventos (entre ellos, el de los Josepets) y una serie de torres promovidas por la burguesía barcelonesa. Durante la primera mitad del siglo XIX, aquel pequeño núcleo agrícola se convirtió en el pueblo más importante del llano de Barcelona, gracias a su progresiva industrialización, aprovechando la disponibilidad de terrenos libres. La conveniencia de integrarla a Barcelona se planteó cada vez con más fuerza, en paralelo con el desarrollo progresivo de la trama del Plan Cerdá, entonces en plena expansión. Así, a partir de 1880 nacieron proyectos de interés común, como el del Paseo de Gracia, que unía la villa con la gran ciudad siguiendo el antiguo camino. Se unió de nuevo a Barcelona, en 1897.
Poco a poco, se fueron construyendo calles que conectaban el barrio interna y externamente, y equipamientos como los mercados de la Libertad (1893) y de la Abacería Central.
Gracia ha tenido desde siempre y mantiene una vida política y social activa y un rico tejido de instituciones cívicas, culturales, recreativas, artísticas y deportivas de gran arraigo popular. Hay puntos de referencia de Gaudí como la Casa Vicens. Su monumento más identificativo es la Torre del Reloj, que se alza en el centro de la plaza de la Villa, donde se encuentra el antiguo ayuntamiento, hoy sede del distrito.
